Una experiencia de pesca urbana en plena Nueva York.
En tantos años de visitar Nueva York nunca se dio la oportunidad de tirar unas moscas en los lagos del Central Park y era una asignatura pendiente. Es cierto que varias veces había caminado el parque, admirando lo bien cuidado que se mantiene y la cantidad de vida que ofrece a cada metro. Las ardillas sin dudas son el habitante mas simpático del parque siempre listas para aceptar las bellotas que encontramos por todos lados. Son habilísimas para abrirlas en busca de la suculenta nuez que contienen y mas rápidas para esconderlas en algún hueco secreto entre las ramas.
En los lagos las aves acuáticas viven a sus anchas sin cazadores cerca y junto a ellas se mueve una gran variedad de peces que podemos pescar con mosca. Antes por visitar la ciudad en invierno no había podido pescar los lagos pero esta vez con el clima cálido no me costo demasiado convencerlo a Jon Fisher, dueño del fly shop Urban Angler para que me mostrara dónde pescar, ya que él vive cerca del Central Park y conoce bien los lagos. No tenía equipo por lo que Jon me presto un equipo 5 con línea de flote y una caja con un buen surtido de moscas. La licencia la obtuve por internet en 5 minutos, llenando un sencillo formulario y pagando con una tarjeta, cuesta U$S 10 por día y se imprime un comprobante que actúa como el registro en caso de que nos lo soliciten.
Nos encontramos a las 8 pm en la entrada al parque de la calle 106 y la 5ta, que va directamente al lago donde mas pescan, de aguas limpias y bastante vegetación en las orillas. La verdad no tenía idea de lo que iba a pescar ni de cómo pescarlo, pero Jon me sugirió comenzar con una seca blanca. En la caja había varias Wulff blancas que lucían muy bien y renegando un poco por no haber llevado los anteojos de ver cerca logré atar una decentemente al tippet.
Encontramos una abertura en la orilla que dejaba castear con cierta facilidad y al agua fue la Wulff a buscar fortuna. Había bastante movimiento en el agua, en forma de ondas y borbollones por lo que decidí no dejar la mosca estática y moverla produciendo una suave estela. El primer pique me sorprendió y a lo que fuera, le saqué la mosca de la boca. Un par de tiros mas tarde otro pique y esta vez la agradable sensación de electricidad en la otra punta. Era uno de los pescaditos mas simpáticos que he sacado, un Pumkinseed de todos colores, del tamaño de mi palma que pronto regresamos al lago. Luego vinieron mas Pumkinseeds, Crapies y Sunfish, casi todos de la misma familia pero de especies diferentes, cada uno con un atractivo particular y muy dispuestos a comerse la Wulff que a esas alturas ya venía ahogada como una wet, pero la seguían tomando sin dudas.
Caminamos un poco para cambiar de lugar y encontramos otro claro donde flotaban sin problemas varias tortugas de agua. Ni bien cayó la mosca aceleraron a fondo para ir a buscarla y tuve que levantar para que no agarraran la mosca. Esquivando a las tortugas que no se espantaban, nuevamente logré Pumkinseeds y otros.
Varios pescadores de bass con cañas de bait y spinning recorrían el lago pescando cerca del fondo con señuelos de goma pero no ví que sacaran nada.
La noche llegó con rapidez por lo que nos movimos a una zona iluminada por unos grandes faroles. Probando varias moscas tuve nuevamente piques pero esta vez fallidos hasta que con una larva de caddis saqué algunos Sunfish. No quedaba mucho tiempo y para bromear un poco até al leader una mosca que me había regalado un vendedor chino en el ICAST, una de esas moscas terribles que vienen de a dos en un blister y para peor tenía una hélice pequeña adelante.
El nombre de la mosca también era bastante bizarro, Pistol Pete, pero allá fue la Pistol Pete a buscar fortuna. Por la hélice enredaba el leader malamente pero igual le di su oportunidad y a los pocos tiros dejando hundir un poco algo que se notaba grande agarró la Pistol Pete.
Con la caña bien doblada pensé que tenía un Crapie de los grandes pero ni bien asomó en la superficie vimos que era un Smallmouth Bass muy lindo. Tras una decente pelea lo arrimé a la orilla y entonces me comporté como un verdadero rockie, en vez de caminar a un lado y vararlo en una playita de piedras, traté de levantarlo al pasto pensando que el leader iba a aguantar. Con un buen cabezazo el bass cortó el tipett y sin dudarlo se llevó de recuerdo mi Pistol Pete verde.
Me queda una en el blister para la próxima vez donde espero estar mejor preparado ya que nunca pensé que me iba a divertir tanto pescando en Central Park y espero repetir pronto la experiencia.